miércoles, 19 de mayo de 2010

Starship Troopers: Insectos del espacio


Dijo el Washington Post de esta película que era un bodrio sin sentido, y alguien más por ahí que era una muestra más del fascismo en el cine. Vayamos por partes: llamamos fascismo, o demagogia, o fealdad a aquello que no nos es propio o ataca nuestros valores.
Me quedé gratamente sorprendido al ver en esta película un alegato pacifista y antifascista, pero para ver eso en una cinta americana hay que querer verlo aparte de tenerlo delante y aunque nos esté cayendo encima. Hay algo llamado sutileza y precisamente el fascismo sabe poco de ella. ¿Cómo denunciar en el cine americano los atropellos que puede sufrir un soldado-ser humano por parte de las autoridades? ¿Cómo poner en su sitio a una sociedad podrida, hundida en unos valores que benefician a una minoría apoltronada en el poder? ¿Y, si además es ésta sociedad la que te paga la peli? El director, Paul Verhoeven (lo escribo de memoria) padeció en su niñez los bombardeos del fascismo, además de sufrir un ataque neonazi en persona. Lo dicho, sólo es demagogia la verdad ajena y sólo fascismo si no es el nuestro.
No sé vosotros, pero yo vi una denuncia clara ante el totalitarismo y el aborregamiento, dos cosas que, diferentes, se retroalimentan. Y dan una bonita amalgama de detritus social.

Yendo a la parte lúdica de la obra, diré que se puede pasar un buen rato viendo una película de marcianos, insectos galácticos, tíos cachas con macizas, acción y efectos especiales interesantes. Llamadme raro pero diría que el último monstruo que sale tiene un cierto componente vaginal.
Sí, sí, la medicación...

2 comentarios:

  1. Mira que se lo tengo dicho..., que cada día tiene que tomarse la pastillita..., pero ni caso, oye.

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