lunes, 10 de mayo de 2010

Los amos de la Noche, The Warriors

Para que no se diga que voy a carro de las novedades o que este blog es oportunista, me adelanto a los acontecimientos: el remake de the Warriors, amos de la noche, será un pestiño. Uno: se pierde el rollete neoyorkino años 70 de la obra, aquel metro de acero con remaches que emerge entre tinieblas en el Bronx, no puede ser superado por makarrikis latinos en L.A. por mucha Guzzi que empuñen (sumachingun, que decían en Airbag).
Y dos: los 70 pasaron. Ya no mola el pandilleo, trocado en sicarios con gorra de bisera plana, sin un ideario, sin Fidel Castro, las Convers, el Harlem de esforzadas matronas negras como el azabache, ni Schaff, ni Starski, ni los Muppets, el ejército de Salvación, la guitarra con wah-wah, el Jazz. Dónde va a parar.
Elucubrando pienso en esta segunda parte de Los amos... en Los Angeles. Para empezar, hip-hop a saco. A ver, la guapa y buena, Penélope Cruz, empezando por ahí, podemos acabar con el jefazo de las tribus urbanas que encarnaría el propio Banderas. El prota, Bardem, a ver si no. ¿La firmará Almodóvar? Quizá ya esté rodada y aquí ni se estrene.
La película original acaba en un amanecer en Coney Island, con los guapetes y macarras protagonistas al fin juntos. Tiene una plasticidad muy guay, la verdad. Claro que toda la peli transcurre de noche y se agradece un poco de luz. Interesante: el guión parte de una epopeya, un clásico griego. Si es que todo está inventao.

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