jueves, 6 de mayo de 2010

King Kong se escapa (de la cárcel)

Para que algo quede retenido en tu psique debe tener unas cualidades determinadas. Dejando de lado las teorías de la moderna psiquiatría vienesa en sus tres ramas, prefiero profundizar en lo amable de las muescas que el pasado deja en nuestra mente. El cine, al menos a mi, me ha marcado, casi siempre benévolamente. Y también los cines, como ya se ve en esta retahíla de relatos satélites de un tema omnipresente: el cine (y los cines).
¿Qué pudo marcarme de un película como "King Kong se escapa"? ¿El sólo hecho de ser una peli del mono gigante más famoso? Hay varios factores que quiero desgranar. A por ellos.
Uno y principal, el recuerdo de la mirada del mono metálico, una mirada eléctrica, inesperada. Este mono gigante no era sino la base del gran negocio nipón de los robots gigantes. Os suena Mazinger, supongo. Desde entonces que el rollete da de comer a miríadas de pequeños ilustradores y animadores en Zipango. Con esto quiero decir que ya a mis 4 o 5 años, pude discernir que se avecinaba una nueva era y venía para quedarse: el robot gigante japonés. Algo parecido me pasó la primera vez que vi a Chiquito de la Calzada o Marta Sánchez (cuando lo de Chiquito llamé por teléfono, veloz, a un amigo).

Para que la cosa se marque aún más en nuestros recuerdos necesitamos algún que otro enclave, fijación, remache. En el caso de esta peli fue la siguiente situación. El lunes en el patio del colegio se hablaba de la peli de la Catequística, el famoso "te acuerdas cuando...", en animada chavalería.
Un compañero comentó que ya había visto otra película con los mismos personajes. Nos fascinó que hubiera una secuela, precuela, o similar. ¿Cómo se titulaba? preguntamos. Con los ojos de suficiencia y una mueca de "como el que no quiera la cosa", respondió:
-"..King Kong se escapa...      ...de la cárcel."
Por la poca originalidad de la trola, debo aún recordar esta gran película, que ahora ha editado la Fnac, con libreto a todo color. No es mala idea para regalar, como por ejemplo en mi cumpleaños, ya que el año pasado no se celebró (es una broma interna). Os dejo con algunas imágenes de este peaso de peliculón. Hay de todo: submarinos, ciudades arrasadas y gigantes simiescos de carne y hueso y de acero. Si os la bajáis de la red, pasadme copia.

1 comentario:

  1. Menos mal que este chico se ha dedicido a seguir con su blog después de tantos días sin publicar nada, imprescindible para arrancarme una sonrisa de buena mañana, nos tenía en ascuas.

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