martes, 8 de junio de 2010

¿Programa doble? No, hija, no!

Con los ahorrillos semanales y ganas de ver la gran ciudad, acudimos Vicenç y yo a Barcelona al cine, siempre con la oculta intención de entablar conversación con sendas adolescentes o en su defecto veinteañeras (nosotros teníamos 14 o 15 años), invitarlas a un refresco y pasar toda la semana con ellas en la habitación de un hotel, dale que te pego. La realidad, se mostraba bien distinta y lo sabíamos: sólo una peli, de programa doble nada. En aquel caso, la peli iba de un hombre-lobo teenager, interpretada por el chavalote de "Regreso al futuro". ¿Quien se inventaría eso de "programa doble"? Lo más normal de toda la vida de Dios, ha sido, pues eso: dos películas (y si querías repetir, con no levantarte bastaba).

En otra tarde, algo más maduros, mi amigo Daniel me acompañaba en una tarde de total vagabundaje por el pueblo. Con algún quintico de más, decidimos que lo mejor sería amodorrarnos en el cine, pues la película era española de arte y ensayo. No nos molestarían ni tiros ni efectos especiales.
Resultó pues, que nos fascinó la película "El bosque animado", ya para siempre una de nuestras preferidas, con grandes actores, grandes escenas y algunas frases que saldrán en nuestras tertulias de malta y gintónic para los restos: -Me casssso en Soria!
Como el programa era doble, como tiene que ser eso de ir al cine, la otra película nos dejó anonadados, con las hormonas que nos salían por los más insospechados orificios. Era otra época y otros los modelos de belleza, aunque curiosamente aquellos labios carnosos, los copian ahora manadas de sexagenarias con pasta y alguna que otra jovencita mal informada.

No dormimos, pero fue una tarde de cine memorable, ...no, Dani?